En las últimas décadas, la tecnología de reconocimiento facial ha avanzado a pasos agigantados. Del año 2002 al 2006, la capacidad de reconocimiento de las máquinas se multiplicó por diez. Y, cuando se compara el año 2006 frente al año 1995, la capacidad es cien veces mejor. Hoy en día, esta tecnología biométrica usa modelos avanzados de reconocimiento de patrones y captura imágenes en tiempo real para seleccionar áreas de la cara con niveles de información altos, como la cavidad ocular, la nariz o el mentón, de tal manera que resulte en la identificación de una persona.
Es más, a partir del año 2015, la Inteligencia Artificial supera a los humanos en su capacidad de reconocimiento visual. De esta manera, la tecnología de reconocimiento facial se ha visto beneficiada a tal punto que es posible identificar a las personas con un nivel de mayor precisión, incluso con imágenes de baja calidad y en espacios oscuros.
Por su parte, la industria financiera hace uso de esta tecnología para impulsar la seguridad y conveniencia en diferentes áreas:
- Banca Móvil
- Integración de los Clientes
- Acceso a Aplicaciones
- Pagos
- Control de Acceso
- Monitoreo de Personas en Cajeros/Sucursales
- Contenido Publicitario Personalizado
Ahora, el potencial del reconocimiento facial explora el análisis de las emociones humanas, donde la prestación de un servicio puede adaptarse según el carácter y preferencias del consumidor en tiempo real. Por ejemplo, en china el restaurante KFC lanzó su primer restaurante inteligente que utiliza el reconocimiento facial para recordar y predecir el plato que el usuario probablemente quiere, según su edad estimada y “humor” dependiendo del día.
En fin, el reconocimiento facial ha recorrido un largo camino para convertirse en un componente vital para la gestión de identidad y la prestación de mejores servicios.
Infografía:
Por: Carlos Romero