El uso del internet y los smartphones ha provocado un sinfín de cambios en distintos sectores económicos, y, aunque el turno del sistema financiero comenzó tiempo atrás, Colombia hoy tiene los ojos puestos en este tema y en su inevitable disrupción. No solo es importante preguntarse ¿qué puede ocurrir próximamente?, sino también ¿qué curso de acción debe tomarse?
A manera de contribución para ampliar la visión que se tiene acerca de las últimas innovaciones y tendencias tecnológicas en la industria financiera, más conocidas como FinTech, y también como punto de discusión en cómo abordar su impacto para dar vía a los servicios financieros del futuro, Asobancaria y el TicTac de la CCIT se han aliado para desarrollar el concepto de “fintechgración”.
¿Qué es y cómo entenderlo?, aquí hay cinco lecciones
- La disrupción en el sistema bancario no es distinta a la de otras industrias salvo por un detalle:Impactos como los de Uber en la industria de transporte, Airbnb en hospedaje y Netflix en televisión, son titulares en como la disrupción puede afectar negocios anteriormente considerados impenetrables. Para el caso de los servicios financieros y a diferencia de estas otras industrias, habrá no uno sino varios emprendimientos digitales enfocados en evolucionar sus distintas áreas (i.e. TransferWise, Betterment, LendingClub, Zhong An). La suma de sus partes, será la disrupción (el “UBER”) dentro del sistema financiero.
- El activo financiero más importante a desarrollar son los datos: Los cambios más profundos en la operación financiera serán guiados por el uso y aprovechamiento de los datos. Con el avance tecnológico, tanto la variedad de fuentes de información como el volumen de datos, han crecido de manera exponencial; y, junto a la adopción de plataformas analíticas de Big Data e Inteligencia Artificial, es posible crear nuevos modelos de negocio con niveles competitivos sin igual. Dependiendo de la creatividad con la que las tecnologías sean utilizadas, el potencial de los datos permitiría dar mayor alcance y rapidez a los servicios financieros.
- La disrupción no sucede una sola vez, es algo constante: La manera en cómo las personas y empresas se relacionan con la tecnología define la manera en cómo ahorramos y pedimos un préstamo. También lo hace en cómo nos aseguramos y manejamos nuestra riqueza. Y, en búsqueda de conveniencia y agilidad, mayor importancia se da en que su prestación sea a través de dispositivos móviles. Actualmente, el cambio demográfico en el mundo ha hecho que los elementos clave que requieren los clientes, sean diferentes a los de antes. Con una mayoría de nativos digitales, las expectativas están más altas que nunca. La experiencia del usuario debe presentar el mínimo de inconvenientes (fricciones), mientras que adicionalmente se dan sugerencias personalizadas a cada quién. Prestar únicamente el servicio ya no es suficiente. Cada innovación tecnológica, presenta un potencial cambio a como figuran las instituciones financieras. Hoy en día, estamos incorporando la billetera móvil, que en su momento eliminará el dinero en efectivo. Mañana tendremos las cryptomonedas y la posibilidad de una moneda universal. Pasado mañana ¿qué habrá?
- Es una oportunidad para revolucionar la dinámica tradicional de la banca: Gracias al carácter ubicuo de los smartphones, la operación financiera ha logrado llegar a la base de la pirámide de ingresos y a zonas remotas. En conjunto con el aprovechamiento de las últimas innovaciones tecnológicas, casos como los de M-Pesa en Kenya, o las innovaciones que ponen a disposición las entidades bancarias en Colombia como Daviplata de Davivienda o Nequi de Bancolombia, son ejemplo de inclusión financiera para aquellas personas anteriormente desatendidas. Incluyendo a aquellos que de otro modo nunca gozarían de servicios financieros. Iniciativas FinTech como esas también, ya existen en seguros, en pagos y transferencias, en alternativas de financiamientos y en otras áreas financieras.
- La coopetición como factor determinante: Reformar el sistema operativo de un banco no es tarea fácil, y crear un emprendimiento financiero no es únicamente divertido. Ambos, tanto instituciones tradicionales como FinTech, tienen elementos que completan al otro. Una alianza estratégica entre el buen nombre y la infraestructura de los incumbentes y el método innovador de startups, será sin duda la mayor ventaja competitiva que tendrán las instituciones en el futuro de los servicios financieros.
Puede suceder que la coopetición confunda a más de uno, como cuando General Motors (GM) anunció su alianza con UBER a finales del año pasado. GM es dueño del 9% de Lyft, principal rival de UBER ¿En qué estaba pensando?
Al parecer, Lyft no le dio mayor importancia pues esa alianza no impactaba sus programas con GM. En cambio, para GM la alianza con UBER es estratégica, pues ofrece un vistazo a un competidor potencialmente disruptivo en el tiempo. Con eso, le da también la oportunidad de entablar una amistosa y enriquecedora relación empresarial mucho antes que la disrupción suceda del todo. Como bien lo explica Jeremy Rifkin: “en 25 años, compartir vehículos será la norma, y poseerlos será lo anormal”; ni mencionar que los carros se conducirán solos.
En fin, la integración de todos los actores, banca, Fintech, y Gobierno (quien facilita la innovación), es la clave para lograr, de manera acelerada, el objetivo de evolucionar los servicios financieros hacia el futuro y que los beneficios digitales lleguen a todos los colombianos, ricos y pobres, por igual.
Hay barreras ocultas e invisibles en el proceso de innovación de la industria financiera. Mantener las opciones abiertas a nuevos conceptos, y cuestionar su propio modelo de negocio, es la mejor oportunidad para mantenerse relevante. El momento es ahora, pues la disrupción digital no va a suceder: ¡está sucediendo!
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Por: Carlos Romero