La biometría es clave para combatir el fraude y para prestar distintos servicios de manera más eficiente. Gracias a la identificación oportuna y precisa de los usuarios, varias empresas han reemplazado las contraseñas por aquello que las personas no pueden olvidar o perder (i.e. huellas, voz, reconocimiento facial). De esta manera, el acceso de clientes a sus servicios se facilita mientras que su seguridad no se debilita.
Por otro lado, a pesar de los beneficios de la tecnología biométrica, en su uso masivo persisten todavía algunos desafíos que tener en cuenta.
Retos y Consideraciones para Implementar la tecnología Biométrica
- No todos pueden incorporarse a un sistema de identificación basado en huellas dactilares
(por ejemplo, cuando existen conflictos por quemaduras o artritis). - La precisión de la tecnología biométrica no ha sido del todo comprobada
(por ejemplo, el reconocimiento facial en distintos ambientes). - Las personas pueden tener una actitud negativa al proveer sus datos biométricos
(podrían verle como un acto anti-higiénico o asociarle con procedimientos judiciales) - Los costos de recolectar datos biométricos pueden ser altos.
- La tecnología biométrica no es infalible
(puede ser hackeada, infiltrada o caer en manos incorrectas). - Es importante tener una plataforma común donde el uso de datos biométricos se junte con otros conjuntos de datos
(la compatibilidad es crucial si la idea es crear un sistema nacional de identificación)
Cada vez más los usuarios demandan nuevas formas de acceder a sus servicios y la industria financiera trabaja fuertemente para responder a sus exigencias. Sin embargo, en la consecución de un sistema de autenticación biométrico, la colaboración de todos los agentes del ecosistema es necesaria. Los esquemas de pago, los bancos, las empresas tecnológicas, entre otros deben trabajar en conjunto para asegurar la interoperabilidad y seguridad de la tecnología, como demás requisitos. La idea es ofrecer el producto correcto a todos los usuarios.
Por: Carlos Romero