Identidad Digital: un nuevo paradigma

El uso masivo de las tecnologías de la información y el constante desarrollo tecnológico han generado transformaciones profundas en la sociedad. Mientras en décadas pasadas la identidad de una persona se limitaba a un conjunto de documentos físicos emitidos por entidades oficiales, en la actualidad estos se han venido reemplazando por una “huella” o identidad digital, entendida como un sistema en el cual los procesos de identificación, autenticación y autorización se realizan de forma electrónica.

Esta transformación en los procesos de identificación ha traído consigo enormes beneficios para las personas, especialmente para aquellas que, por falta de documentación requerida para probar su identidad, se encuentran excluidas económicamente y, por consiguiente, no pueden acceder a los productos y servicios ofrecidos por el sistema financiero. Así las cosas, la identidad digital se constituye como una valiosa oportunidad para aumentar la inclusión financiera y el acceso de las personas al sistema. La identidad digital favorece, además, los procesos de conocimiento del cliente, con el fin de ofrecerle el producto o servicio que mejor se adapte a sus características, necesidades de financiamiento y perfil de riesgo.

Para que todo esto sea una realidad, el país deberá acompañar el proceso de implementación de la identidad digital con el reto de modernizar su estructura regulatoria, de tal forma que sea posible generar productos financieros de forma no presencial. Además, es necesario que se acepte la identidad digital en los procesos de conocimiento del cliente y que los nuevos modelos de negocio que se creen sean sostenibles.

IDENTIDAD DIGITAL: Proceso de Vinculación y Otorgamiento de nuevos Productos Financieros

 

Conozca más sobre las experiencias internacionales en la implementación y aprovechamiento de la identidad digital y su impacto en la inclusión financiera en Colombia con este link.

Por: Carlos Romero